lunes, 16 de agosto de 2010

El chico desconocido, por Mandarina

El chico desconocido





Era día de feria en el pueblo. Todo estaba a rebosar de gente, de puestos y vendedores. Melania y yo íbamos paseando cuando oímos una música de fondo, algo lejos… Se trataba de un grupo musical que estaba tocando dentro de un pequeño local lleno de cajas, que parecía ser el lugar donde los feriantes dejaban sus productos, un pequeño almacén.





Estaban al fondo tocando y eran cinco chicos. Uno tocaba la batería, otros dos tocaban guitarras eléctricas, otro el piano y el último, el más guapo, era el cantante.

Al llegar al lugar, Melania y yo, el chico desconocido, el que cantaba, se me quedó mirando fijamente y ya no apartó su mirada de mí. Al rato terminaron de ensayar sus canciones, y Melania se sentó en la primera fila, cerca del escenario. Uno de los guitarristas se sentó a su lado y empezaron a hablar. Pensé que, como siempre, había llegado la hora de escabullirme y dejarla sola con su recién conocido ligue. Siempre sucedía así. Todos se fijaban en ella, y yo, la amiga menos agraciada, tenía que desaparecer.

Pero esta vez fue diferente. El cantante, moreno, de ojos azules penetrantes y claros, bajó del escenario y vino directo hacia a mí. Vaya, esto sí que era raro, ese chico prefería…¿estar conmigo?.

- Hola…
- Hola… -le respondo aún sin creérmelo-.
- ¿Quieres venir a dar un paseo?
- ¿Un paseo?¿tú y yo?
- Por supuesto…
- Vale… como quieras…

No lo entendía. Pero era cierto, ese chico estaba acompañándome a mi por un caminito lateral del almacén, que daba a la calle. El caminito que yo pensaba tomar para escabullirme cuando mi amiga había encontrado a su chico ligue del momento.

El chico se situó a mi izquierda y me miraba, no decía nada, tan sólo me acompañaba paseando y de vez en cuando, me miraba muy atentamente… como si quisiera decirme algo pero sin atreverse a hacerlo…

- Oye… ¿no te gusta mi amiga?¿cómo es que no te has quedado con ella?
- ¿Tú amiga? Bueno… no es que sea fea, pero te prefiero a ti. Desde que has entrado por esa puerta… es como si… bueno no sé… no importa, iba a decir una tontería… Además, ¿no ves cómo mi hermano no deja de atosigarla?
- Ya veo, parece que están ambos interesados el uno en el otro.
- Hasta un ciego lo vería… Pero tu amiga no hace bien en dejarte a solas conmigo…

- ¿Y porqué no?
- Podría ser… no sé, ¿peligroso?
- Jajaja, no me asustas. Se me hace raro que alguien me acompañe a mí yendo a mi lado esa belleza, eso es todo.
- Parece que tienes la autoestima por los suelos ¿verdad?
- Bueno, es lo que he visto siempre, no sé, es lo normal.
- No, para nada.
- ¿No?
- No.
- Vale, bueno, no sé qué decir…
- No digas nada, paseemos simplemente.
- Es lo que estamos haciendo, pasear.

Ahora es él quien se ruboriza, se queda callado y mira al suelo.

- Sí, claro, bueno, yo me refería a dar un paseo más largo. Quería enseñarte algo.
- De acuerdo, vamos.

Andamos un rato más sin decir nada, sólo de vez en cuando nos miramos.

- Lo de tu amiga no está bien.
- ¿El qué?
- Que te deje siempre sola y ella se quede con el chico, ¿no te parece muy injusto que te haga desaparecer de esa manera?
- No sé, es lo que siempre hemos hecho.
- Pues no se lo permitas. Una amiga debe elegirte primero a ti, no anteponer una cita antes que estar contigo. Además, vaya una tontería…
- La has visto, es normal que los chicos se fijen siempre en ella, es un bombón.
- Yo me he fijado en ti, no en ella.
- Eso parece…¿es porque te he dado pena o algo así?¿para que no me quedara sola?
- ¿Pena? ¿pero qué dices? En absoluto. Tus ojos son… desprenden una luz especial, no la había visto nunca en nadie.
- ¿Luz? ¿te has metido alguna droga o has tomado algún porro hoy? Los cantantes suelen estar muy habituados…
- ¡No tomo drogas!

- Vale, vale, lo siento. Pero es que…


No entiendo cómo ha sucedido, pero este chico tiene algo, como una chispa, es muy positivo y eso apaga completamente mi negatividad, porque, admitámoslo, soy muy negativa, demasiado. Lo normal sería que yo dijera: “no, no, no es pesimismo, es que yo soy realista”. Pero eso es una frase trillada. La realidad es que él se ha fijado en mí y yo no estaba preparada para esto. Ni en un millón de años, y, para qué negarlo, yo me he fijado también en él. Es tan guapo, y misterioso…

Poco a poco nos acercamos al sitio que quiere enseñarme, pero antes de llegar no podemos evitar pasar de nuevo por en medio de la feria, que sigue llena de gente hasta los topes.


Lo peor es que no paramos de ver a personas conocidas de él, y yo no tengo más remedio que poner buena cara cada vez que se para y saluda a alguien. En realidad, no sé porqué tengo estas ganas locas de estar a solas con él, si aún no lo conozco.

Él sí que se desenvuelve bien. Cada vez que se encuentra un conocido o un familiar, les pone una sonrisa que los desarma y ellos se quedan satisfechos y por fin le dejan en paz.

- Uff, cuanta gente hay hoy por aquí, y ¡todos te conocen!
- ¡Ala! No seas exagerada, la mayoría son tíos y primos, aún no hemos sacado ningún CD para que seamos tan famosos como te piensas jajá jajá
- Pues como si lo fuérais, sólo ha faltado que te pidieran un autógrafo.

Al momento me arrepiento de haber dicho eso, parezco tonta… se me nota demasiado interesada, e incluso, yo diría que celosa… aggg, va a pensar que estoy paranoica.

- ¡No pienses tan alto, que al final te voy a oír!
- Ah... Perdona, yo…
_ ¡Es broma!
- Claro, sí, claro por supuesto…
- Mira, ya llegamos, ahí están… justo a tiempo.

-¿Están?¿Quiénes?
- Mi madre y mi hermano, los llevo buscando una eternidad entre todo este tumulto.
- ¿Tu madre, y… otro hermano?¿pero cuántos sois?
- Somos seis hermanos, tú has conocido a cinco, los que tocamos en el grupo.
- Jo… tu madre debe estar muy ocupada con todos vosotros.
- No te creas, somos bastante autosuficientes, nos ocupamos de nuestra comida y ropa, ella sólo tiene que limpiar.
- Casi nada ¿eh?
- Somos chicos, tampoco esperes un milagro. Mamá, David, te presento a… esperad un momento…

- Oye, soy un descortés, aún no sé cómo te llamas…
- Yo, Em Em…
- ¿Sí?
- Emma.
- Pues encantado Emma, soy Alex.
- Alex, de Alejandro no?
- Dejémoslo mejor en Alex, me gusta más, suena menos… altivo.
- Si lo dices por Alejandro Magno, entonces sí, mejor te llamo Alex ajajá Yo también estoy encantada de conocerte, pero tu madre y tu hermano nos están mirando con cara rara…¿nos acercamos a ellos y me presentas?
- Claro, sí, tienes razón, vamos.

- Emma, mi madre y mi hermano David.
- Hola Emma. ¡Vaya, esta vez mi hermano no se ha andado con tonterías!
- ¡David! -le responde Alex mirándolo con cara de asesino-.
- ¿Cómo dices? - pregunto yo a David.
- Mi hermano también está encantado… Mamá, David, nos vamos a dar un paseo.
- Vale hijo, ¡vamos David! Deja de poner esa cara.
- Eh.. Sí, sí, vale, ya voy.

David se queda mirando hacia atrás un buen rato mientras se marchan. Parece en estado de shock.

- Oye, Alex, ¿a qué se refería tu hermano con esa frase de “mi hermano no se ha andado con tonterías”?
- Tonterías suyas, no le hagas ni caso, no está muy acostumbrado a verme con ninguna chica… seguro que está celoso, nada más.
-¿Celoso de qué?
- Bueno, él aún no ha tenido novia, sólo alguna amiguita… y debe estar celoso de que yo… bueno…

De nuevo Alex se ruboriza hasta las orejas…No quiero presionarle y dejo de hablar un rato. Parece mentira, sólo hace unas horas que le conozco y ya siento que…

- Emma.
- Dime.
- Hemos llegado al sitio que quería enseñarte.
- Ah, pensaba que sólo querías presentarme a tu familia o a algún amigo o conocido más…

- Ja, ja, muy graciosa, aunque bueno, eso era obligatorio, estaban en medio de nuestro paseo, ya que iba de camino… pero no era eso lo que quería enseñarte.
- Ah, vale, entonces… ¿qué es?
- Mira allí delante.
- Un camino…
- No… ahí no, allí, más lejos y en línea recta.
- Oh!

Ante nosotros hay un caminito que, ya lejos del bullicio de la feria, nos lleva a una especie de mirador. Nos acercamos y veo que desde él se puede ver las ruinas de lo que parece ser una iglesia.. Ah, no, no es una iglesia, es un castillo enorme.

- Este es el castillo del pueblo, está muy bien cuidado, abandonado pero con los jardines en perfecto estado. Parece que siempre hubiera sido así, pero imagino cómo debía ser en su época.

-¡Alex! Hola chaval, cuanto tiempo.
- Oh, no, más conocidos -pienso enfurruñada- ahora no…

- ¡Hola Tomás! Esta es Emma. Tomás es mi mejor amigo.
- Hola, encantado.
- Tomás ya se iba, ¿verdad? - le dije Alex con una mirada que viene a decir algo así como “date el piro pronto“-.
- Pero bueno Alex, cómo te pasas, qué maneras son esas de echar a tu mejor amigo nada más saludarme, no está bien, nada bien.
_ Soy Emma, he conocido a Alex hace unas horas -digo repitiéndome de nuevo-.


- Ah, bueno, sólo unas horas… Ya empezaba a pensar que Alex tenía chica sin habérmelo dicho, lo cual constituye una cosa muy grave en nuestro código de amistad, sería una total falta de respeto hacia mi persona.
- Tomás… luego hablamos, nosotros nos íbamos a ver el castillo.
- Vale, vale, capto el mensaje. Yo también me voy, hasta luego, ¡te veo en la cena!


- Claro, no me la perdería por nada del mundo.

Alex y yo nos dirigimos a la entrada del castillo, y Tomás se va algo molesto por tenernos que abandonar tan pronto.

- Te has pasado un poco con tu amigo ¿no?
- ¿Tú crees? Bueno, tú no lo conoces, si le das una mano se toma el brazo y…
- Aún así, espero que no se haya enfadado por mi culpa.
- ¿Por tu culpa? Eso sería imposible Emma.

Nos acercamos a un banco que hay a la izquierda del castillo, bajo unos árboles del jardín.

- Alex, ¿qué es eso de una cena?
- Ah, la cena. Es la cena de la familia, la que hacemos cada año por estas fechas de la feria. Estamos muy ajetreados porque casi todos ellos tienen parada en la feria, y al cerrar el día, nos relajamos cenando en mi casa, que está por aquí cerca. Tenemos un comedor muy grande.

- ¿Os gusta estar siempre acompañados eh?
- Bueno, no siempre, hay un momento para todo.
- Em…¿he dicho algo que te haya molestado Alex?
- No es eso, es que hay casos en que prefiero estar… en fin, sin vigilantes…

Alex se ruboriza por tercera vez. Parece algo tímido, pero no con sus conocidos y familiares, ni con sus amigos.

- Emma, ¿puedo pedirte algo?
- Claro, pide.
- Yo… ¿puedo darte un abrazo?
- ¿Quieres… abrazarme?
- Sí bueno, ¿es muy atrevido?
- Jajaja, no, claro que no, es sólo algo raro, nada más. Pero somos amigos ¿no? Aunque haga pocas horas que nos conocemos.

Alex me mira con cara de felicidad y me abraza. Me abraza, primero muy despacio, y luego más fuerte. Tan fuerte que casi me quedo sin respiración, sin aliento. Estoy en sus brazos y no quiero soltarle… aún no… Su piel es tan… ¿varonil? No sabría definirla.. Además, huele tan bien, y su pelo, ufff su pelo negro, me cuesta horrores no tocarle el pelo. Pero este abrazo me lleva muy lejos de ahí, ya no oigo el bullicio, ni siquiera sé si hace viento o no, no oigo nada, sólo estamos él y yo, nada más, el tiempo parece haberse detenido…

Alex me suelta de pronto.

- Perdona, Emma, no sé en qué estaba pensando… yo…
- No tienes porqué pedirme perdón Alex, no has hecho nada malo. Además, el abrazo…
- ¿Me he pasado verdad?
- ¡Que no! El abrazo me ha encantado, nadie me había abrazado así jamás.
- ¿En serio?
- No.
- A mi tampoco, la verdad ajajá ¿quieres que entremos al castillo?
- ¿Al castillo?
- Si… ¿no te dará miedo no?
- No, no es eso. Es que hay algo en el ambiente… no sé describirlo.
- ¿Tienes frío?
- Un poco.
- Puedes ponerte mi jersei si quieres, yo no lo necesito, ahora mismo no tengo frío precisamente, no estando tan cerca de ti…
- Gracias, sí, tengo algo de frío. Pero entremos, a ver qué tal es por dentro este castillo tan grande.
- Entraré delante por si hubiera alguien… espera
- ¿Aquí? Lo dudo.
- Bueno, a veces algún okupa pasa aquí unos días, nunca se sabe quien podría estar esperándonos al otro lado, es un sitio bastante grande, y espero que no lo reformen o nos quedaremos sin castillo misterioso que enseñar a los turistas.

- ¿Traes aquí a todas tus chicas?
- ¿Mis chicas? Sí, bueno, a Tami y Dolci.
- ¿Tus exnovias?
- Mis dos perras.
- Ah, vaya…
- No tengo ninguna exnovia que traer, ni amiguitas, si te refieres a eso. A mi hermano le gusta hacerme quedar en ridículo ante todo el mundo, ya lo tengo calado. Tú eres la primera chica que traigo aquí, bueno, la única chica a decir verdad.

Ahora soy yo la que se ruboriza. No tendría que haberle preguntado…

Además, no quiero enamorarme tan rápido, no sé nada de él… aún es pronto…




Copyright: Mandarina

9 comentarios:

  1. Un relato genial, me ha encantado! :D
    nunca es pronto para enamorarse, aunque creo que si peligroso jajjajaja

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  2. Muy chulo el relato...me ha recordado a algo ..pero no recuerdo el que...
    Me ha encantado!"
    Un besito

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  3. Gracias a las dos, me alegra que os guste y valoro muchísimos los comentarios que me pongáis, para saber cómo mejorar.

    Besos!!!

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  4. precioso^^ qué bonita historia de amor:) a ver para cuándo otra

    Muchos besos.

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  5. Hola, niña... espero tus cosas vayan genial...

    hay premios en mi blog para ti...

    http://erzengel-palabrasalviento.blogspot.com/2010/08/el-blog-cumple-9-meses-premios.html

    besos!

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  6. Uoo me ha gustado mucho el relato..tendrá continuación??? este chico es muy misterioso, demasiado...creo que oculta algo, tiene pinta de peligroso

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  7. Hola a todos/as.

    Pues si me inspiro sí habrá continuación, me he quedado yo misma con ganas de más jejejeje

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  8. claro que debes continuar... wowW!!! razoOn mayor para estar al pendient de tu blog.g ya mismo leoO la continuacioOn xque me encanto!!!

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  9. gracias oOttoo me alegra que te vayan gustando mis relatos jeje

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